El boletín Onteaiken N°23 propone conceptualizar la discapacidad como una producción/construcción social que se expande exponencialmente trascendiendo sus antiguos límites. Esto se observa en las peculiaridades del desarrollo de estudios sociales en Francia, Canadá y en toda la región de América Latina. De esta manera, se van superando miradas médico-hegemónicas, desde las cuales el sujeto quedaba cosificado en procesos de “reparación” mediados por una ideología de la normalidad, donde las líneas demarcatorias entre “normal” – “anormal”, “nosotros” – “otros”, eran predefinidos unidireccionalmente por el saber médico. En este escenario, analizar la temática desde las luchas por el reconocimiento se ha convertido en emblemática debido a que posibilita la reflexión respecto a procesos colectivos donde las conquistas de derechos permean las prácticas cotidianas. Ser reconocido y reconocer, singular y colectivamente, halla su correlato en el “cómo me veo”, “cómo me ven” y “cómo quedo inscripto en el recuerdo del otro”. En este sentido, el reconocimiento se materializa en la praxis, deviene de la superación de barreras y muros que han inhibido las potencialidades de las personas en situación de discapacidad.